Hace dos años, no existía ningún movimiento de plantación de iglesias entre las personas sordas de Eslovenia. Ni siquiera existía una Biblia en el lenguaje de señas de Eslovenia. Antes de plantar una iglesia, las personas sordas eslovenas precisaban una traducción de la Biblia que entendieran. Los misioneros de la IMB saben cuán importante es esto, por lo tanto, gran parte de su atención se centra en la traducción de la Biblia para las etnias sordas.

Poco después de completar la traducción a la lengua de señas de Eslovenia, las personas sordas eslovenas dieron respuesta al mensaje del evangelio y comenzaron los servicios dominicales y los estudios bíblicos dirigidos por personas sordas.
Ray tenía dudas sobre la fe. Él es una persona sorda quien creció en la Yugoslavia comunista y se trasladó a Eslovenia de adulto.

Más tarde, les dijo a sus amigos misioneros: “Toda mi vida llevé un cuaderno imaginario conmigo”. Llenaba ese cuaderno con preguntas difíciles como: “¿Quién es Dios?” “¿Qué significa realmente seguirle?” o “¿Qué propósito tiene él para mí?”.

Pero sin las Escrituras en su idioma natal, Ray no podía encontrar respuestas. Cuando conoció a los misioneros de la IMB dedicados a servir a las personas sordas, pudo ver el mensaje del evangelio transmitido a través de sus manos y sus rostros. Ahora podía entender.

Los misioneros y sus colaboradores de otros países europeos organizaron un evento destinado a la traducción de la Biblia. En este evento y en otros similares, se invitó a personas de la comunidad sorda local a reunirse para aprender la Biblia en su lengua natal.

Al cabo de una temporada de estudio bíblico, dijo a los misioneros: “¡Ahora confío en Jesús!

Ahora conozco a Jesús”. Sacó su cuaderno imaginario plagado de preguntas, simuló lanzarlo al aire y afirmó: “¡He encontrado la verdad!”.

La esposa de Ray, Rachel, también puso su confianza en Jesús, así como sus amigos, Dasia y Gabor.

Ahora no solo participan en el proyecto de traducción de las Escrituras, pero además estos cuatro nuevos creyentes se han bautizado. y se reúnen semanalmente para compartir las Escrituras con otras personas sordas. Este grupo se está convirtiendo en la primera iglesia de personas sordas de Eslovenia.

Los misioneros de la IMB entre las personas sordas pueden percibir una respuesta similar al evangelio cuando la gente lo comprende en su lengua natal. También son testigos de cómo los plantadores de iglesias y los creyentes sordos asumen la responsabilidad de alcanzar a las personas sordas de otras culturas. Si bien las distintas etnias no comparten la misma lengua de señas, son muchos los cristianos sordos quienes reconocen sus dones especiales para alcanzar a los demás con el evangelio.